Me he sentado a mirar
la orilla de los cuerpos en humildad de espera,
como al quedarme con tu bolso
cuando te vas al probador.
Una corriente viva de precios y etiquetas,
minuciosa lo mismo que la lluvia,
ordenará las perchas de lo que no seremos,
lo que vamos a ser,
lo que alguna vez fuimos.
Y todo se reúne en nuestra indecisión.

No hay comentarios:
Publicar un comentario